lunes, 25 de febrero de 2019

Recorrió Juan Vendrell ese camino que va desde la artesanía en manos hábiles y creativas a la consagración en una verdadera obra de arte englobando en dicho término todo lo que ello implica.
Dotado de natural sencillez y humildad, lo recordamos en su taller de la calle Olavarría entre Olazábal y Lavalle. Allí la práctica artesanal de la talla realizada con elementos cortantes sobre materiales varios. Maderas blandas como la palmera o duras como el ñandubay, mezclas de tiza y cola o cerámica cocida fueron elementos útiles a su artesanía que no es otra cosa que el umbral a esa disciplina mayor que es el arte. Cabezas de gauchos, criollos, indios, chinos, fueron recreados en sus manos.
Dice de él L. Estarico: “En su madurez el afán de creación que siempre prevaleció en él pero al que la modestia del autor amenazaba con asfixiar, terminó por aflorar y dar a su producción un tinte especial de originalidad”.
Refiriéndose a Vendrell nos cuenta el escritor y poeta Elías Carpena: “El artista, el fino artífice, el acaudalado tallador en motivos, descuelga la talla de mi emoción y me la obsequia. Siento el placer del regalo, me turba y me exalta tanto desprendimiento. Pienso que un artista tiene que ser cantado por un poeta y allí, al irme, le dejo una décima en su homenaje, creada al instante y a lo payador:

Al artista del oeste Don Juan Vendrell
En su Ituzaingó y en calma
Este diestro tallador
Con su inspiración mejor
Y poniendo toda el alma
En la rama de una palma
En magistral creación
De la imagen de un varón
De un criollo de nuestra tierra
En cuyo símbolo encierra
Al gaucho y su tradición.




De profesión industrial en la fabricación de espejos había nacido en el año 1901 y fallece en Ituzaingó en 1983.

Alberto Guercio